El pasado 18 de septiembre tuve la oportunidad de reunirme con la Directora del Distrito Este. Solicite una cita al Concejal del Distrito el lunes de esa misma semana. Propuse a varias madres si les apetecía asistir conmigo a dicha reunión, pero todas estaban ocupadas. La reunión, creo fue positiva y respecto al CEIP Príncipe de Asturias, estuve manifestando mi pesar por la realización de obras durante el curso y además en horario escolar. Puedo entender que no todo se puede realizar en verano, pero quizás se podrían buscar alternativas. Seguimos entre otras cosas con el patio de infantil, de su deterioro y de la falta de interés que en general parece formar parte de la política municipal para el barrio de las Lumbreras y con ello para el CEIP Príncipe de Asturias. Se hablo del comedor, del esfuerzo que harían por comunicar la necesidad al Delegado Provincial de Educación. Del interés que están mostrando en poner reductores (nuevo nombre para los badenes) en las zonas de salud y en la entrada a los centros educativos. .. Me indicaron que el lunes 21 de este mismo mes, irían a visitar al Director del Centro para hablar con él de las necesidades del mismo. En general considero que la reunión fue positiva, que podría haber tenido más impacto si alguien me hubiera podido acompañar y que este es el camino que padres y madres debemos de seguir cuando algo no nos guste. Solicitar las cosas por escrito, pedir citas, preparar las entrevistas y argumentar con educación y solidez nuestras preocupaciones. Si nosotros hacemos nuestro trabajo y la Dirección del Centro educativo el suyo, será más fácil que se respete al CEIP Príncipe de Asturias y se consideren legítimas y legitimadas las propuestas que hagamos.
Muchas veces, confundimos los cauces para solicitar las cosas y pensamos entre otras que los presupuestos participativos son la única vía, cuando no es así, ni es la única, ni la más eficaz. Es sólo complementaria y, si nos lo permite la administración competente. Una vez, cuando empezaba con el movimiento asociativo, por el año 1996. Un político me comento, que el verdadero problema de nuestro barrio eran los francotiradores. Confundimos muchas veces nuestro prurito personal con el bienestar general y así tendemos a considerar nuestras iniciativas como las únicas, las mejores y a no valorar las que otras personas o entidades realizan. Parece que lo importante es decir, “yo ya lo hice”, “yo ya lo presente”, “yo ya lo pedí” e ignorar, criticar o menospreciar toda iniciativa nueva. Tenemos que sumar, tenemos que apoyarnos, tenemos que valorar cada granito de arena que podamos aportar todos y ser sensibles a las necesidades de otros y otras, aunque no sean las nuestras. Tenemos que formar equipo, aunque sólo podamos hablar por teléfono o correo electrónico. El resultado de no actuar así, ya lo tenemos. Y por lo que parece, no nos gusta a casi nadie.
