A veces, nos encontramos con
maestros y maestras, cuya única solución al ver un alumno o alumna con
dificultades educativas, tienen como propuesta única, repetir curso. Es una situación justificada desde la
incapacidad para dar soluciones a la diversidad y muchas veces
responsabilizando a padres y madres.
Cuando esta situación ocurre en un Centro Público, dónde no se han
aplicado las medidas necesarias de tipo ordinario, para saber hasta qué punto
puede ser conveniente la no promoción y la evaluación del Equipo de Orientación Educativa (EOE), es aún más
sangrante para los que siempre hemos defendido la educación pública. Si además,
el profesorado o el equipo docente viven muy cerca del Centro Escolar,
funcionarios viejos ( de toda la vida), ellos y ellas. Incluso familias en el propio centro de
trabajo. El corporativismo ante la opinión de los padres puede resultar nefasto
para el menor o la menor.
Recientemente me han
transmitido comentarios como "usted lo que quiere es que se le apruebe a
su hijo por la cara" o "quienes son ustedes para opinar sobre mi trabajo
como maestra si no tienen experiencia".
Al no estar conforme, empiezas
un proceso engorroso de papeleo para reclamar, con plazos milimétricos que ante
la cerrazón docente, te obligan a plantear recursos de alzada que eso sí, la
Administración resuelve con la parsimonia necesaria, dando lugar a tener a tu
hijo o hija nuevamente escolarizado, no promocionando y encontrándote sin una
solución habiendo empezado el curso. Esto debe de ser un punto más en el que la
Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, demuestra su preocupación por
los menores. Si son capaces de hacer esto con un niño o niña de primaria y con
su padres preocupados ¿En manos de quién están nuestros hijos? ¿Y el futuro de
nuestra Tierra?
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